El presidente electo y el futuro gobernador estuvieron junto a la mesa sindical. Fernández señaló que serán parte del Gobierno.
Este viernes, después de internacionalizar su agenda, el presidente electo, Alberto Fernández, dio un importante paso de cara a tomar las riendas del gobierno el próximo 10 de diciembre. Es que, ante la grave crisis financiera y de desempleo que vive el país, Fernández habló ante los sindicalistas nucleados en la Confederación General del Trabajo (CGT) con el objetivo de sumar apoyo de cara a establecer un “pacto social”.
Además de los secretarios generales de los gremios que conforman la CGT, estuvo presente el líder de Camioneros, Hugo Moyano, quien a mediados de 2018 abandonó su puesto en la mesa sindical.
"Todos sabemos cómo se degradó la economía y el trabajo en la Argentina. Para salir de ese estado hace falta que todos trabajemos codo a codo. La Argentina que viene es la Argentina del respeto", sostuvo el presidente electo, rodeado de los secretarios generales.
En ese marco, propuso que el emblemático edificio de la CGT, de la calle Azopardo 802, "se convierta en un centro de educación tecnológica para capacitar a los trabajadores y los jóvenes". Asimismo, Alberto remarcó que “el movimiento obrero es parte del gobierno que se va a instalar el 10 de diciembre".
“No es un acuerdo político, nunca lo hemos hablado. Es la convicción que todos tenemos y que siempre tuvimos”, aseguró, y se mostró en contra de quienes afirman que “para arreglar la Argentina hay que quitarle derechos a los que trabajan”.
Si bien fue el único orador, el presidente electo estuvo acompañado por Axel Kicillof, quien el 10 de diciembre asumirá al frente del Gobierno bonaerense y busca sumar adhesiones de cara a afrontar la gestión que, conforme lo denunció en las últimas semanas, se encuentra ahogada por la presión de las deudas.