El intendente de General Villegas, Eduardo Campana, devolvió gentilezas. Por medio de una nota formal al Concejo Deliberante de Rivadavia, el jefe comunal villeguense dijo sentirse "agraviado e injuriado" por las afirmaciones vertidas en una de las últimas sesiones del organismo legislativivo rivadaviense donde repudiaban su ausencia en la represión vertida por la policía pampeana en las tierras de Villa Sauze. "Es totalmente inaceptable que concejales se expresen en tales términos hacia personas ajenas que revisten la misma investidura, poniendo en duda la honorabilidad y el trabajo realizado en el ejercicio de la función que los habitantes de este partido otorgaron con su voto", aseguró Campana.
Vuelan los papeles entre General Villegas y Rivadavia. Ambas ciudades, que están separadas por 50 kilómetros, cruzan acusaciones y devuelven gentilezas en torno a los conflictos por el cauce del Río V que puso el foco de atención de medios y portagonistas políticos de la cuarta sección electoral.
La buena nueva la dio Campana hoy por la mañana. Es que el intendente de General Villegas respondió con una carta formal, el repudió que -en primer lugar- llegó desde el HCD rivadaviense conforme a su ausencia en la represión sufrida por vecinos de Villa Sauze y Sansinena.
La buena nueva la dio Campana hoy por la mañana. Es que el intendente de General Villegas respondió con una carta formal, el repudió que -en primer lugar- llegó desde el HCD rivadaviense conforme a su ausencia en la represión sufrida por vecinos de Villa Sauze y Sansinena.
El párrafo de la discordia es el número 4. Por lo demás, Campana coincide en todo. Es que en ese pasaje de la primera carta enviada por los concejales de Rivadavia, el órgano legislativo de esa ciudad cargaba contra las ausencias de autoridades municipales.
Al respecto, Campana recogió el guante y disparó: "Es totalmente falaz que el gobierno a mi cargo no haya acompañado la defensa de los intereses comunes a los habitantes de la región u opuesto al manejo irresponsable del agua".
Por tal motivo, el jefe comunal villeguense dijo sentirse "agraviado e injuriado". Para Campana "es totalmente inaceptable que concejales se expresen en tales términos hacia personas ajenas que revisten la misma investidura, poniendo en duda la honorabilidad y el trabajo realizado en el ejercicio de la función que los habitantes de este partido otorgaron con su voto".
Si bien el intendente de Villegas ya había brindado las explicaciones correspondientes a los medios, no fue esta la única vez que debió aclarar como el ejecutivo municipal se manejó en torno al conflicto del Río V. Días atrás, debió hacer lo propio con los vecinos de Banderaló en una especie de asamblea popular autoconvocada por el pueblo.
Al margen de la enumeración de argumentos posibles que Campana esgrimió en la respuesta a los ediles de Rivadavia, el nodo central sobre el cual se basa su argumentación se encuentra en la siguiente oración: "Más allá de los intereses en juego y los perjuicios que pudieren suceder, el cargo que detento exige el mayor sentido común y responsabilidad en la toma de decisiones evitando exaltar los ánimos de los involucrados".
¿Por qué? Porque esa es la explicación a la que se abraza el villeguense a la hora de hablar sobre su ausencia el día de la represión. Incluso en la misma conferencia de prensa citada anteriormente, Campana detalló que en un primer momento su intención fue acercarse al pueblo pero que el Secretario de Seguridad local, Martín Micucci, le recomendó que no lo hiciera debido a que la situación "era tensa".
Palabras más, palabras menos. Formalidades más, formalidades menos, en la carta enviada al HCD de Rivadavia volvió a decir lo mismo. La pelota ahora está del lado contrario, habrá que ver si los ediles rivadavienses acusan recibo.