Las elecciones de 2015, y el devenir de la derrota del peronismo a manos de Cambiemos, acabaron con una fuerte interna entre los sectores del pejotismo histórico y el kirchnerismo duro. Es que, conforme lo denunciado por varios de los dirigentes de la doctrina del tres veces Presidente, la dirigencia de La Cámpora copó las listas y borró a los dirigentes territoriales.

Por caso, la Cuarta Sección fue un ejemplo claro de lo sucedido. Es que, allí, ingresaron como diputados dos hombres del Conurbano con nulo peso territorial en la región. Los casos de Lauro Grande, hombre oriundo de San Martín (Primera Sección) y Miguel Funes, de Lomas de Zamora (Tercera Sección), fueron situaciones emblemáticas.

La presencia de los dos, ahora, ex diputados, generó miles de ebulliciones en un Frente para la Victoria que todavía mantenía la interna sciolista - randazzista a fuego vivo. Incluso, derivó en varias fracciones posteriores a diciembre de 2015.

Con el paso del tiempo y la consagración de la unidad peronista, consumada con el regreso al poder, el ex diputado por la Cuarta pero de referencia por el Conurbano, Lauro Grande, logró hacerse un hueco en el equipo nacional de Alberto Fernández.

Así, uno de los hombres que dividió al peronismo regional se convirtió en el nuevo titular de la Unidad Ejecutora de Articulación Territorial del ministerio de Obras Públicas que conduce Gabriel Katopodis.