Ayer tuve el privilegio de estar en la presentación de las lentes de realidad virtual para el programa RED (Rivadavia Educación Digital). Estoy muy satisfecho con el camino que hemos recorrido… aulas digitales con pizarras, conexión, verdadera capacitación técnica y pedagógica de docentes e impresoras 3D.

Este programa lo iniciamos en el 2007 con la instalación de internet y entrega de computadoras en las escuelas rurales del distrito y, desde entonces, no ha parado de crecer porque cuando hay compromiso con el desarrollo y la evolución todo va por el buen camino.

Y, en esto, Rivadavia es un ejemplo. Absolutamente todas nuestras aulas tienen pizarras digitales, conexión a internet y una computadora personal por cada chico. Y, cuando digo todas me refiero desde el jardín, primaria, segundaria hasta el terciario; escuelas rurales, publicas y privadas… y, también la escuela especial en donde cada chico tiene una computadora adaptada a sus capacidades.

¡Quiero esto para mi país! Estoy convencido que lo que hemos logrado, fruto de un programa financiado íntegramente con recursos municipales, se puede y debe replicar en cada rincón de la Argentina. Estamos obligados a ir por más.

Como adultos tenemos la obligación de enseñar a nuestros niños a que aprendan a pensar. Y, solo lo lograremos entendiendo que estamos frente a un proceso de transición entre la vieja escuela y la nueva que ya se está formando.

Coincido con Luis Alberto Quevedo cuando dice los saberes previos de los alumnos son, casi siempre, en cuanto a lo digital, superiores a los de las docentes, pero es el docente quien debe encausarlos hacia un conocimiento basado en el desarrollo del juicio crítico. Porque una cosa es la utilización de las tecnologías y otra bien distinta es el uso inteligente y culto de la información y la comunicación a través de los dispositivos tecnológicos.

En este punto radicarán, en un futuro muy próximo, las diferencias y desigualdades sociales ante la tecnología: no el acceso y la disponibilidad a ellas, sino la calidad de su uso.

Al problema de la alfabetización en general, y de modo particular, la alfabetización digital, creo que es uno de los retos más relevantes de nuestra política educativa. Equidad en el acceso y capacitación para el conocimiento crítico, son las dos caras de la alfabetización en el uso de las tecnologías digitales.

Por todo ello, la escuela tiene la obligación de ofrecer igualdad de oportunidades en el acceso a los recursos tecnológicos, y sobre todo, en la capacitación para el uso inteligente de la información y del saber. Y para ello, el punto de partida está sin duda en la incorporación de las TICs a la enseñanza, incorporación que pasa, en primer lugar, por la dotación a los centros educativos de los equipamientos e infraestructuras necesarias.