La Jefa Regional III de ANSES con sede en la ciudad de Chivilcoy, salió al cruce de declaraciones vertidas por el concejal del bloque FPV-PJ 17 de Octubre quien había asegurado que el gobierno de Cambiemos estaba llevando al país hacia el precipicio
Es una verdad de Perogrullo que toda decisión relativa a políticas públicas de un gobierno está sujeta a la crítica de la opinión pública y específicamente a la crítica de la oposición política. Pero cabe resaltar que hay algo que al Gobierno Nacional y Provincial, guste o no, se simpatice o no con ellos, no puede reprochárseles: y es precisamente el haberse hecho cargo de los severos problemas que acucian al país y la provincia desde hace décadas, con sinceridad, verdad y transparencia, sin hipocresías ni mentiras.
Creo que las desafortunadas declaraciones efectuadas por el Concejal Leandro Fevola, a quien respeto, señalando que el Gobierno nos lleva al precipicio y pidiendo evitarlo, amén de resultar sumamente imprudentes y de gran hipocresía, se fundan en una visión distorsionada de la realidad -de la que no es ajeno ningún Kirchnerista-.
Desde el primer minuto de gobierno se está luchando contra la extremada, compleja y delicada situación económica, social, de seguridad, cultural y política que afronta nuestro país. El haber partido con una pobreza que afecta y sufre casi un tercio de nuestra población; con una economía estancada que hacía 4 años que no crecía ni creaba empleo; con niveles de inflación elevados e inerciales; sin inversiones genuinas, ni locales ni extranjeras; con reservas internacionales por el piso y en baja; con un descrédito manifiesto; sumado a un nivel inusitado del delito, la corrupción pública y el narcotráfico; con crisis energética y distorsión severa en las facturas del AMBA; con un sistema político y electoral en franca decadencia, y en fin, con una sociedad que en gran parte -no toda por supuesto-, se encuentra sumida en una anomia generalizada a la ley, ya sea voluntaria o involuntariamente, denota la magnitud del problema y la gran responsabilidad y el deber del gobierno de enfrentarlo.
Así, se ha incrementado como pocas veces visto el presupuesto en inversión social para nuestra población de más bajos recursos -ampliación AUH y seguro desempleo, reparación histórica para nuestros jubilados, etc-; se han efectuados importantes cambios en la economía para dinamizar su desarrollo sostenido a largo plazo, se lucha arduamente contra el denominado impuesto a los pobres que es la inflación -recuerden que antes no se podía nombrar la palabra-; se afronta una lucha sin cuartel contra la corrupción pública y el narcotráfico, que ha llegado con el último gobierno de Cristina Kirchner a niveles inimaginables; se fomenta la transparencia de los actos públicos -Ley de acceso a la información- y la sinceridad en las estadísticas públicas -nuevo INDEC-; se pretende recuperar para el pueblo los dineros y activos robados por los funcionarios públicos -Ley de extinción del dominio y recuperación de activos, frenada en el Senado por el Justicialismo-; también para promover una verdadera reforma política y electoral, como bien pudo hacerse en la Provincia con la ley que impide las reelecciones indefinidas, los dobles cargos, paridad de género, etc. y que en el orden nacional también fue bloqueada por la oposición del justicialismo en su conjunto.
En fin, estas políticas públicas demuestran intenciones nobles de un Gobierno que intenta y logrará, sin lugar a dudas, una administración decente y transparente de los recursos, con reglas claras para todos -incluso para el propio gobierno que no ha vacilado en denunciar y/o apartar a sus propios funcionarios en situaciones de sospecha-, con independencia de los poderes y con una justicia verdaderamente independiente.
Un gobierno que se hace cargo de los problemas del país para solucionarlos y en franca diferencia con el accionar muchas veces malintencionado de la oposición, que desde el mismo minuto uno del Gobierno, pregona una y otra vez la tan mentada crisis, sin ningún tipo de autocrítica y sin hacerse cargo de su activa participación en ella.