Vetos parciales, observaciones y promulgaciones. Todo en poco tiempo. El intendente de Chivilcoy, Guillermo Britos, utilizó sus facultades para cargar con resoluciones del Concejo Deliberante, en la sesión del 23 de agosto cuando sus concejales se retiraran en medio de agresiones y un debate álgido por la emergencia educativa.

Britos observó las medidas del Concejo en relación a la emergencia laboral, recorrido nocturno de colectivos, controles de viajes estudiantiles de egresados y la regulación de ferias y festivales por tareas ya asumidas o, por competencias ajenas al Municipio, alegó.

Britos promulgó la declaración de Emergencia laboral por 365 días en el partido de Chivilcoy. Fue sólo el artículo 1 de la decisión tomada por los ediles. El jefe comunal vetó por su parte la creación de una comisión de seguimiento, “que resultará inútil para solucionar la situación de emergencia laboral”, justificó en un comunicado.

Por otra parte, vetó la suspensión de despidos en planta permanente y transitoria de la Comuna. Britos aclaró que, de acuerdo a la Ley Orgánicas, los empleados de planta no puede ser despedidos aunque se atajó en el caso de los contratados y no brindó certezas.

“No es posible tomar una decisión así (la suspensión) ya que desconocemos cómo se votará el próximo presupuesto, por ende no sabremos si podremos mantenerlos como empleados, además estarían entrometiendose en facultades que sólo pertenecen al Departamento Ejecutivo”, arguyó.

En esa línea, consignó que ya realiza gestiones ante organismos por la situación –uno de las disposiciones de la medida legislativa- y la eximición de pago de tasas municipales a quienes acrediten su condición de desocupado, una premisa que ya està vigente en la ordenanza fiscal e impositiva, enfatizó.

Por otra parte, cuestionó la decisión de instrumentar “una nueva frecuencia de colectivos los días viernes y sábados por la noche desde el centro de la ciudad a los boliches bailables”, a instancias del bloque Cambiemos.

El jefe comunal aseguró que el nuevo servicio propuesto supera la capacidad de respuesta de la empresa, que es sociedad del estado, pero tiene un directorio y no es el Ejecutivo quien toma las decisiones: “no está dentro de las políticas de la empresa concurrir a locales bailables, donde se terminaría beneficiando en gran medida a los comerciantes interesados en que la gente se acerque a los boliches”, agregó.

En ese sentido, dijo que el gremio UTA en desacuerdo que colectiveros realicen un horario nocturno y marcó como error “la incorporación de un agente de tránsito para “garantizar la seguridad””, una función que no le corresponde, dijo.

Otros proyectos

A lo largo de la conferencia, Britos cuestionó las decisiones del Concejo y buscó exponera  los ediles de la exposiciones por los aspectos legales e institucionales que no se tuvieron en cuenta. 

En esa línea, cuestionó la disposición de realizar controles por parte del municipio en los viajes estudiantiles de egresados, impulsada por el espacio randazzista. Vetó sus tres artículos. “Corresponde a la Provincia y la Nación, podremos hacer operativos pero de ninguna manera observaremos una responsabilidad que no es nuestra y que nos excede”. 

Asimismo, vetó un aspecto del proyecto aprobado para la regulación de ferias y festivales. El jefe comunal resolvió el veto del artículo 12 inciso b que establecía un pago fijo para los organizadores del evento y que, además, no expresa cuáles serán las cifras luego de diciembre. 

Si los proyectos vuelven a ser aprobados por las dos terceras partes de los concejales, deberán ser promulgados por Britos, aunque no se apliquen las modificaciones propuestas por el departamento ejecutivo.

Las decisiones se impulsaron en la polémica sesión del 23 de agosto cuando se trató una declaración de Emergencia Educativa. Las ediles Sofía Mateucci y Liliana Varela (1Paìs) se abstuvieron en la votación. Desde el público presente, les arrojaron una botella y un encendedor. Ante la agresión, abandonaron el recinto.