El gobernador dijo que la invitación a firmar el Pacto de Mayo "se parece más a una amenaza o una imposición que a un diálogo".
El gobernador Axel Kicillof brindó su discurso de apertura de sesiones desde donde dedicó buena parte del tiempo a evaluar y responder las políticas que lleva adelante el Gobierno nacional, a cargo de Javier Milei.
“Después de someter al pueblo, a la democracia y al federalismo a una agresión tan inédita como salvaje, ahora se nos lanza una invitación que se parece más a una amenaza o una imposición que a un diálogo”, afirmó el gobernador Axel Kicillof al encabezar este lunes la apertura del 152° período de Sesiones Ordinarias de la Legislatura bonaerense.
“Nuestra respuesta es muy clara: cuenten con nosotros para reuniones de trabajo, para encuentros destinados a solucionar problemas, incluso para debatir. Pero si se trata de encuentros para las fotos y el marketing… arranquen nomás si no llegamos”, destacó.
Más adelante, sostuvo que “ante este brutal contexto, los lineamientos rectores de nuestro proyecto los próximos cuatro años seguirán siendo un Gobierno protector, un Estado presente y un pueblo solidario”, a lo que añadió estar “orgulloso de lo que hicimos, pero no satisfechos. No queremos que las cosas sigan como están: nosotros no somos el gobierno de la continuidad, somos el verdadero gobierno de la transformación”.
“En muy poco tiempo va quedando claro que esta dirección que adoptó el país no nos conduce a un mayor alivio ni a más bienestar, ya que el ajuste solo produce dolor, desintegración y desigualdad”, planteó, a la vez que subrayó que “nunca un ajuste es inevitable, jamás el sufrimiento de los que ya sufren es el remedio para nuestros problemas. Nuestro pueblo ya hizo demasiados sacrificios: no queremos motosierra, queremos más inversión para seguridad, salud y educación”.
“En la campaña electoral se repitió hasta el cansancio que el ajuste esta vez no era para los trabajadores, la clase media o los más vulnerables. La mentira está a la vista: las medidas que se tomaron desde el primer día de gobierno dejaron en evidencia que los únicos perjudicados son las pymes, los trabajadores y los que menos tienen”, señaló Kicillof.
Al respecto, destacó que “a los dos días de asumir, el presidente Javier Milei ordenó hacer la devaluación voluntaria más grande de la historia argentina: depreció la moneda un 118% y puso en marcha la desregulación de los mercados de bienes y servicios básicos e imprescindibles para la sociedad”.