Nadie puede negarme que desde el Movimiento San Martín local hemos trabajado para la gobernabilidad municipal y hemos hecho culto de la moderación y la prudencia. Hemos contribuido a rajatabla sin privarnos de criticar lo que vemos decididamente mal o deficitario.

Hemos hecho fuerte contribuciones y fuertes proyectos que en general la gente no conoció por falta (con las excepciones del caso) de divulgación periodística, como cuando previsoramente logramos que el Concejo Deliberante (con alguna increíble excepción) aprobara la emergencia habitacional en los barrios periféricos para que el invierno pasado no los encontrara sin la infraestructura urbana necesaria y sin escurrimiento adecuado de agua de lluvia.

Esta claro que esta lluvia es excepcional y que se urbanizó zonas bajas, pero el escurrimiento funciona demasiado mal. Teníamos razón cuando planteamos que hacía falta priorizar a los barrios con un plan de reparación en materia de política de obra pública. ESTÁ A LA VISTA.

Si a esto le sumamos que la gestión hospitalaria de goblerno anda como la m.....buéh, como la mona; que puertas adentro las internas del hospital son un gran problema; que las operaciones políticas externas campean dentro del hospital.

Si le sumamos la desmesura de algunas políticas nacionales que complican enormemente la vida de los laburantes, no puedo menos que acordarme de Maquiavelo cuando dice que el pueblo lo único que quiere es que no lo jodan.

Y LO ESTÁN JODIENDO.