"A Alberti le falta equilibrio. Nada en la vida es blanco o negro, y esta no fue la excepción".

  • Sección Yo opino
  • 11 de oct de 2016 - 09:34

El concejal del FPV de Alberti escribió una nota de opinión tras que este fin de semana largo en esa ciudad se celebrar el Encuentro Regional de Murgas y dentro de esa ciudad se generaran diversas opiniones a favor y en contra de la actividad.

A Alberti le falta equilibrio. Nada en la vida es blanco o negro, y esta no fue la excepción.

No hubo ni “negros de mierda que rompieron las pelotas con los bombos y destrozaron todo”, ni un “evento cultural que nada tiene por mejorar”. Como comunidad aún nos queda mucho por aprender.

Sábado, domingo y lunes se realizó el Encuentro Regional de Murgas. Esta actividad, pareciera haber generado en Alberti dos clases de ciudadanos: Los que están a favor y los que están en contra de las murgas. Por un lado, los que detestaron el encuentro y expresan todo tipo de opiniones que destilan odio e intolerancia. Por otra parte, los que atacan a los primeros, etiquetándolos como “gatafloristas” o hipócritas, ya que se quejan cuando no se realizan actividades y cuando las hay se quejan aún más. 

Mi parecer es que ante posturas antagónicas, siempre hay que buscar el equilibrio. Por eso quiero compartir algunas consideraciones sobre estos días, respetando, obviamente las opiniones de todos. 

A partir del sábado por la mañana los integrantes de las diferentes murgas de la provincia comenzaron a acampar en nuestro Parque Municipal. Desde ese momento leí y escuché en muchos lugares comentarios prejuiciosos y discriminatorios del estilo “estos negros nos van a robar todo”, “van a dejar la ciudad hecha un desastre”, “no se va a poder salir a la calle”, etc. Nada de esto pasó. No hubo peleas, discusiones, disturbios, agresiones, robos, destrozos, ni nada parecido. 

Se hicieron presentes más de 1.000 personas, que gastaron promedio de $100 por día, distribuyendo en nuestros comercios y en nuestra economía más de $300.000. Hubo comercios arrasados, pero no por destrozos sino porque no les quedó mercadería para vender (más de un cuarto de millón de pesos extras gastados en Alberti). Instituciones civiles y deportivas participaron del encuentro recaudando fondos para seguir llevando adelante sus actividades. Hubo bailes, música, colorido, cosas nuevas para los Albertinos.

Vale decir también que en algunos momentos hubo excesos en el sonar de los bombos que en muchos casos molestaron, con razón, a vecinos de la zona que querían descansar. La infraestructura en algunos casos quedó chica. Quedaron en la organización algunas cuestiones a pulir.

Así podríamos seguir enumerando cosas positivas y negativas hasta el cansancio, cuando lo valioso creo no es eso, sino analizarlas en su conjunto y tratar de mejorarlas.

Pero lo más importante es que no solamente la organización debe mejorar, debemos mejorar nosotros como comunidad. Estos días demostramos que tenemos mucho por aprender: tenemos que aprender a tolerar, a aceptar que no todos tenemos las mismas concepciones de vida, a incluir, a conocernos, a no discriminar, a no prejuzgar, a disfrutar un poco más las cosas sencillas.

Alberti es una ciudad maravillosa que formamos entre todos y por eso tenemos que, entre todos, seguir contribuyendo a su crecimiento como comunidad, no desde los comentarios destructivos, sino desde el compromiso y la crítica constructiva.

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