El senador bonaerense del bloque de Unidad Ciudadana ? Frente para la Victoria, cuestionó el relato del gobierno respecto a la crisis financiera que atraviesa el país.
En unos días escucharemos nuevamente los argumentos de Macri sobre las tormentas que nos atormentan. Esta vez será el granizo el que conspiró contra la suerte de los argentinos, diezmando el trigo y corriendo el arco de la tan anhelada llegada de dólares.
Lo que queda demostrado es lo irracional de un modelo económico que apuesta todas sus esperanzas a la producción primaria en pleno siglo XXI. Y eso es lo que se le escucha al presidente cada vez que tiene que dar precisiones sobre el modo de superar la crisis actual. "Con una buena cosecha nos salvamos todos", ese mito que no se cumplía ni en el siglo pasado, hoy es una burla obscena.
El macrismo ha optado por implementar una política económica que ya fue desestimada en todo el mundo desde hace años. Macri propone para un país complejo de 45 millones de argentinos que nos especialicemos en la producción de materias primas para venderle al mundo. Dicen que con valor agregado, pero el último esquema de retenciones que reinstauraron demuestra que apuntan a exportar más porotos que aceite de soja. Y en esa reprimarización de nuestra economía, todo lo demás es sacrificable.
Nos gustaría decir que se deja librado a su suerte, pero esa sería una ganancia para los sectores industriales que están desapareciendo. En realidad, se los aniquila. Con tasas de interés ridículas, con apertura importadora, con tarifas exorbitantes, con mercado interno diezmado, ¿qué industria nacional encontraría destino?
Podemos entender que algunos compatriotas compren estas simplificaciones. Después de todo, el agro es un sector fundante de nuestro país. Pero basar nuestro desarrollo en la agro exportación es algo que se demostró inviable en el año 1930. Para los que hablan de que "hace 70 años que se desorganizó la Argentina", fíjense hasta dónde nos quieren hacer retroceder. O hagan mejor las cuentas.
La última granizada se llevó 200 mil toneladas del trigo a cosechar. La sequía y las heladas tardías ya habían hecho lo suyo. ¿Se puede confiar en "la cosecha" como la solución a todos los males que este gobierno ha generado? ¿Es propio del Siglo XXI vivir mirando para arriba para ver si le podremos pagar al FMI? ¿Cuándo le toca el turno al empleo, a la educación, a la salud, a las jubilaciones, con este esquema?
Reflexionemos, argentinos. Argentina es un país complejo, con problemas y desafíos propios de nuestro tiempo. No le creamos a quien quiere proponernos una solución del pasado.