El exintendente de Alem y actual diputado provincial concedió un reportaje donde analizó la realidad política y social de la Argentina, luego del cambio de gobiernos. "Necesitaremos de muchos años para salir a flote de esto"
El exintendente de Alem y actual diputado provincial, Alberto Conocchiari, concedió una entrevista a apenas cuatro meses del cambio de gestión a nivel provincial y nacional, y plasmó su mirada respecto de la realidad política actual.
-Alberto, ¿cómo ve la situación en términos generales en el orden nacional y provincial?
-La verdad que la veo sumamente difícil, con el deterioro heredado de la gestión anterior. no sólo de la calidad de vida de buena parte de la sociedad, sino el deterioro de la economía, de la industria, del comercio, de los servicios, del funcionamiento institucional, del sistema de atención de la salud completamente abandonado, de la falta de crecimiento y de mantenimiento de la infraestructura, de todas las cuestiones básicas, sumando un factor desequilibrante, que es la deuda terrible tomada por Cambiemos en 4 años, especialmente los 2 primeros años, a un ritmo escalofriante, de una manera descontrolada, totalmente carente de criterio. esto se transformó en un lastre que le queda no sólo a los gobiernos actuales de nación y provincia, sino a los argentinos en general. Necesitaremos de muchos años para salir a flote de esto. Para que tomemos dimensión, el FMI tiene en Argentina el mayor préstamo de su historia, eso ya habla de un descontrol. Durante los primeros dos años contrajeron deudas sin control, y luego no supieron qué hacer y debieron entregarse a los brazos del FMI para poder cumplir con los compromisos que venían contrayendo con anterioridad.
Parece llamativo que hayamos permitido que vuelvan las recetas de políticas neoliberales, con todo este sesgo tan tradicional, tan previsible, pero bueno, es lo que ocurrió, no alcanza con lamentarse, en todo caso tenerlo en cuenta para que - una vez más - no nos vuelva a pasar. Esa es la parte triste, oscura, lamentable de la realidad, lo esperanzador es que hoy tenemos gobiernos, tanto en nación como en provincia, que llevan adelante políticas diametralmente opuestas a las que se llevaron en los últimos cuatro años Cambiemos o Juntos por el cambio, como se llamen. Hoy hay un empeño marcado en cuanto a renegociar y pagar la deuda, para volver a ser ese país serio que todos anhelamos ser. No queremos ser el patio trasero del mundo, donde cuatro vivos ligados al gobierno, y un puñado de corporaciones hagan negocios. Este nuevo gobierno ha fijado prioridades en la gente nuevamente, entonces está dispuesto a pagar la deuda renegociada, pero sin desatender las necesidades básicas de los argentinos, yo celebro que sea así, porque es lo que imaginabamos.
Cambiemos fue un gobierno que hizo de la mentira un culto, hizo todo lo contrario a lo que pregonó en campaña, y contaron con la complicidad de muchos comunicadores, que mintieron para engañar a la gente. Es por eso que debemos lograr que la gente termine de darse cuenta de estas mentiras y, en función de eso, evalúe lo que los gobiernos actuales logren. Obviamente que están absolutamente condicionados, la nación debe más de 300.000 millones de dólares de deuda, de los cuales 200.000 millones vencen en estos cuatro años. En provincia la situación es similar, por eso los gobiernos están forzados a renegociar la deuda que es totalmente ilegítima, porque la plata no está, se la llevaron.
Unos pocos configuran ese saqueo, a costas del deterioro de vida del grueso de la sociedad.
Es inaceptable que se haya estado viviendo con jueces apretados por un presidente que asumió procesado por escuchas ilegales hasta a sus propios familiares. Hubo jueces que fueron echados y toda clase de arbitrariedades, persecuciones políticas.
El gobierno anterior hizo ver al mandato kirchnerista como algo maldito, con mucho odio mediante, fue algo premeditado, porque necesitaban ese odio, esa fractura para conservar el porcentaje de adhesiones que todavía tienen, a pesar del gravísimo deterioro de todos los aspectos de la sociedad que han consumado. Es por eso que celebro que haya, hoy, un gobierno nacional y provincial, de la mano de Alberto Fernández y Axel Kicillof respectivamente, que estén pensando diametralmente opuesto a lo que se venía haciendo y que esten reconstruyendo, y por eso merecen el acompañamiento de toda la sociedad.
Uno ve que cuando el Gobernador, como primera medida, decide frenar el tarifazo del 25% de la energía eléctrica que había dejado Vidal, está poniendo ese dinero en el bolsillo de los bonaerenses, y eso confirma que se paró con la locura de exprimir los bolsillos de los argentinos. Se está intentando, con mucho esfuerzo, poner de pie a la Argentina y a la Provincia de Buenos Aires, la decisión política es clara, estamos yendo en otra dirección, en favor de la gente. Acá se ha dejado de pensar en las corporaciones y en los vivos que enquistan en los gobiernos, y se ha puesto la política al servicio -nuevamente- de la gente.
-¿Va a ser inmediata la reconstrucción?
-De ninguna manera, sería un engaño plantear eso porque es imposible, porque es muchísimo el deterioro y el daño que han cometido. Por eso tiene que estar el pueblo unido para apoyar al gobierno en estas cuestiones centrales que no tienen color partidario.
Yo veía, en mi tarea legislativa, casi la paradoja de que las bancadas opositoras de Juntos por el Cambio, quienes promovieron este desastre, ahora aceptaron declarar las emergencias porque no les quedaba otra, pero después no quería otorgarle al Gobernador la ley impositiva. Esas son herramientas que necesitás para gobernar y para poder afrontar los compromisos que ellos tomaron irresponsablemente, para pagar las deudas, hablando en criollo.
Acá tienen que primar el sentido común, la unión y la solidaridad de decir “esta vez sí tenemos que ponernos de acuerdo para ayudar a los gobiernos a que nos saquen adelante y poner de pie a la nación y la provincia”. Creo que estamos en ese camino. No va a ser fácil, va a llevar tiempo, va a costar, pero si entendemos y apoyamos este proceso volveremos a ser el país que supimos ser y que todos deseamos volver a ser.
-¿Usted cree que la gente ha tomado conciencia de lo que dice de la situación en la que comenzó a gobernar Fernández en nación y Kicillof en provincia, y de lo que significa hoy conducir estos gobiernos?
-Yo creo que, en parte sí, porque eso quedó exteriorizado en la decisión electoral. Cuando la gente se pronuncia por un cambio, esta vez para bien, de alguna manera hay un porcentaje mayor de la gente que está advirtiendo este cuadro de situación y quiere volver a vivir mejor, y quiere otro país, quiere otro destino para sus hijos. se ponen en juego muchas cosas, porque un trabajador necesita tener trabajo, no puede estar desempleado, un comerciante necesita vender, y si no hay consumo no vende, y un productor también, un empresario lo mismo. No es un país vivible, en las condiciones que nos tocó este último tiempo. Obviamente hay una tendencia a querer recuperar lo perdido, pero a veces el odio inyectado por cierto sector de los políticos, nubla un poco la razón, genera un comportamiento emocional.
Los medios hegemónicos siguen defendiendo el neoliberalismo, porque con eso hicieron muy buenos negocios, esos empresarios han sido muy beneficiados por el macrismo, porque los diarios y canales que vemos y leemos son operadores de bolsa, invierten a través de sus empresas en el sistema financiero y fueron muy beneficiados.
Hoy debemos hacer un esfuerzo, despojados de odio, y entender la gravedad de lo que pasó. Tenemos que saber que la situación es desastrosa, con semejante deuda, con los compromisos y con todas las variables deterioradas, no dejaron nada en pie.
Volvimos a ver fábricas cerradas y despidiendo trabajadores, locales comerciales cerrados, con el cartel de “se alquila”, igual que en el 2001. Es por eso que se tiene que terminar el país para unos pocos vivos,y tenemos que volver a recuperar el país con oportunidades para todos. No podemos olvidar este proceso tan oscuro que sacudió a la sociedad argentina.
Necesitamos que cada argentino de bien entienda esta situación, y a partir de eso, juzguen lo que está bien y lo que está mal con entera libertad, como tiene que ser. Porque eso también se había perdido, quien era opositor se exponía al espionaje, a la persecución.