El año electoral ya se juega con fuerza en la provincia de Buenos Aires y la Cuarta, claro está, no es la excepción. Es que, en las últimas horas, uno de los dirigentes de peso en el mundillo político, volvió a aparecer en la escena con un importante espaldarazo. 

Emilio Monzó, ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y hombre de la rosca, quedó en el centro de la escena con el clamor por una eventual candidatura. 

En Junín, pago del macrista Pablo Petrecca, aparecieron los carteles que impulsan al hombre de Carlos Tejedor a pelear por el Sillón de Rivadavia. En definitiva, la frase que llevan los afiches apostados sobre las rutas juninenses rezan: “Emilio Monzó Presidente”.

Vale recordar que, tal como ha informado Cuestión Política, el líder del espacio dialoguista de la oposición hizo pública su aspiración a luchar por una diputación en los comicios venideros. Incluso, a mediados de 2020 habló sobre el deseo de un Gobernador bonaerense que sea bonaerense. No por nada, el eslogan del monzoismo es “somos bonaerenses”.

El puntapié sobre el territorio de los 135 distritos, responde al factor porteño de los últimos gobernadores y también ante la especulación de que Diego Santilli, vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mude su domicilio a la Provincia.

En ese marco, desde el sector que conduce el hombre de Carlos Tejedor sostienen:  “Necesitamos realmente discutir las prioridades de la clase media y no de la política, la agenda del Gobierno es como si nada pasara en lo económico y social”.

Por caso, la senadora bonaerense oriunda de General Arenales, Ana Laura Geloso, en su momento remarcó que "Monzó siempre nos da la mirada de abrir la base de intención de votos de Juntos por el Cambio y que no sea solo una coalición electoral sino de gobierno donde todos seamos tomados en cuenta y podamos dar una opinión o hacer una autocrítica sin que interfiera en el trabajo".

En esta línea, se pueden encontrar otras declaraciones de integrane del mismo espacio como el diputado nacional Sebastián García de Luca, quien recordó que: “Hay que reconstruir la alternativa, hay que consolidar ese 40% que nos votó, pero con eso no alcanza porque yo, y muchos otros, no queremos ser una oposición intensa”. 

El monzoismo apuesta al diálogo y la búsqueda de consensos a la hora de avanzar en políticas públicas que trasciendan a los colores partidarios. De la mano de la moderación y la conversación para saltar la grieta, Monzó aparece con más fuerza en el tablero político que se avecina a la disputa electoral.