Las noticias de los últimos días sobre el hallazgo de policías bonaerenses revisando el despacho de la Gobernadora de la Provincia, María Eugenia Vidal y el asalto de la casa del Ministro de Gobierno bonaerense, Federico Salvai llaman la atención.

No es común que ocurran este tipo de cosas, más en el caso del ministro, que entraron a su casa y no robaron absolutamente nada. No parecen ser actos de inseguridad aislados de los que lamentablemente ocurren en nuestro país, sino que parecen ser actos intimidatorios.

Estos actos me preocupan, y debería preocuparnos a todos los ciudadanos argentinos. Desde que asumió el nuevo gobierno en la provincia, la Gobernadora decidió dar un giro radical en cuanto a política de seguridad. Es parte del cambio que la gente eligió mediante el voto, más transparencias en todas las instituciones públicas, ganarle la batalla al narcotráfico y la cero tolerancia hacia la corrupción.

No ha sido nada sencillo llevar a cabo estos cambios, más cuando se enfrenta a grupos muy poderosos, y las consecuencias no tardaron en hacerse notar: durante las primeras semanas de gestión se produjo la fuga de los autores del triple crimen de General Rodríguez con una gran complicidad del Servicio Penitenciario.

La nueva gestión está decidida en eliminar las mafias que se niegan a cumplir la legalidad de las normas, que rechazan la política de saneamiento y eliminación de la corrupción, y que busca la justicia y la seguridad de todos los ciudadanos bonaerenses.

Por este motivo, una de las primeras medidas de la Gobernadora fue echar a la cúpula del Servicio Penitenciario, la presentación de declaraciones juradas de los altos funcionarios de la Policía Bonaerense, y el apartamiento de los oficiales que estaban sospechados de actos de corrupción.  

No será fácil pero debemos estar unidos para ganarle la batalla a estos grupos mafiosos que interfieren en nuestro desarrollo como sociedad. Estamos agradecidos a las fuerzas policiales honestas, que se sacrifican por nosotros, que se esfuerzan todos los días por nuestra provincia y nuestro país, y por las que muchos gobiernos anteriores hicieron oídos sordos a sus reclamos. Es importante que se valore su trabajo y que se sientan respaldados, y en eso nos ocupamos como funcionarios públicos.

Sabemos que este tipo de reformas no son sencillas y que tal vez los frutos de la misma no se vean de inmediato, pero estoy convencido que es el momento de hacerlo. Es parte del cambio que la gente eligió y estoy convencido que este es el camino que debemos seguir: el de la justicia y la verdad.