Estamos otra vez frente a escenarios de intervención complejos. Asistimos a un contexto de fragilidad de los sujetos con los que trabajamos, al vaciamiento de recursos en las politicas sociales, y a una profunda ruptura de los lazos de solidaridad comunitaria, la solidaridad entendida mas allá de dar lo que me sobra si no como algo mas complejo que deberían construir las comunidades como las nuestras.

Estos nuevos contextos, vuelven a poner en el centro del análisis que se ha realizado desde el Estado Municipal en materia social y si bien encontramos que habiamos ganado terreno en algunas conquistas sociales, las formas de abordar muchas problemáticas, que son históricas y estructurales, no han sido suficientes, porque han sido llevadas a cabo de manera desordenada y poco sistemática.

Hemos caído en modelos asistencialistas, donde la mirada de la familia y la comunidad ha sido fragmentada, donde los protocolos de acción no han superado la asistencia, que si bien es válida como acción social, debe tender a ser superada con los procesos interventivos, porque de quedarse ahí, se ha convertido hasta en asistencialismo clientelar en algunos casos.

No se ven modelos superadores de intervención en lo social. Hemos visto que la ejecución de la politica social del municipio, responde a enfoques tradicionales, por lo tanto la politica social del estado municipal carece de una visión integral y de tipo transversal, abordandose las problemáticas sociales como si fueran una cuestión del ámbito privado. 

Pensar otros modelos de abordaje de la familia, la comunidad y sus problemáticas mas urgentes desde el ámbito municipal, implican una fuerte convicción política de comprender la participación de todos los actores sociales ( públicos y privados( en el diseño de una politica social para la resolución de las problemáticas. Se debe romper con modelos autoritarios en el uso de los recursos y realizar estudios sociológicos que nos permitan obtener datos estádisticos y conocer el territorio y partir desde ellos para la elaboración de los programas y proyectos sociales contenidos en una política social municipal más amplia.

Necesitamos entonces, diseñar una política social nueva a nivel local, y con ella la puesta en marcha de operativos de acción que atraviesen instancias de asistencia, de promoción y desarrollo, con protocolos técnicos adecuados y equipos territoriales interdisciplinarios para cada una de esas instancias.

Estamos frente a un desafio que es generar cambios en la politica de Acción social, nos urge un contexto que vuelve a ubicar a los más vulnerables en el filo del precipicio social, cayéndose todos los días un poco más, necesitamos estar a la altura de las circunstancias, y lo primero es abandonar los modelos tradicionales de control social y contruir una política social integral.